El caos como método y la nostalgia como refugio. Primer contacto, primera muestra individual de Abel Amaya (San Salvador, 1993), convierte la sala de Galería 1‑2‑3 en un torbellino de imágenes que todos creemos conocer: trazos impulsivos, capas de color y personajes que habitan nuestra memoria televisiva. Entre la euforia y la ternura, Amaya ensaya un lenguaje propio que mira la cultura popular con afecto crítico.
Fundada en 1971, Galería 1‑2‑3 ha sido una plataforma clave para el arte salvadoreño y latinoamericano. Con Primer contacto, la galería reafirma su compromiso con las nuevas voces del país, ofreciendo a Amaya un espacio para desplegar un imaginario que cruza arte pop y gesto expresionista. La muestra reúne una veintena larga de piezas recientes —pinturas y dibujos— que dialogan con la saturación visual del presente.
Amaya trabaja con superposiciones que recuerdan zapping y scroll infinito: personajes animados emergen y se disuelven en una marea de brochazos, dripping y manchas. No se trata de citar la cultura pop sin más, sino de medir su temperatura afectiva: ¿qué queda de esos íconos cuando ya no están anclados a un episodio, sino a nuestra memoria?
La curaduría subraya el gesto inaugural de esta primera individual: el recorrido propone una inmersión que va de piezas de mayor densidad —torbellinos de personajes y trazos— hacia obras donde los íconos aparecen más aislados, casi como ecos. Este montaje permite leer la evolución del trazo y el modo en que el artista gana precisión sin perder energía.
Aunque la muestra evita didactismos, pueden rastrearse familias de motivos:
Primer contacto es una invitación a detener el scroll y volver a mirar. Pasa por la galería, activa tu propia memoria y conversa con el equipo sobre las obras disponibles. La muestra cierra el 20 de septiembre.
Artista: Abel Amaya
Curaduría: Loliett M. Delachaux
Producción: Galería 1-2-3