Desde Vancouver hasta San José de Costa Rica, la artista Katrin Aason Bucher ha tejido una trayectoria que combina herencia, técnica y reflexión estética profunda. Nacida en 1983, se formó influida tempranamente por su abuela materna, María del Pilar Chevez Orozco, lo que sembró en ella una pasión por los oficios manuales que hoy dialoga con abstracción, geometría y materia orgánica.
Aason comenzó su carrera con pintura figurativa, destacándose por la serie Mujeres (2014), pero con el tiempo descubrió que el lienzo plano era solo el punto de partida. Las series 1+1=1 (2015) y Sinergia (2016) marcan una transición formal en su obra: descomposición del soporte, experimentación con materiales y una salida hacia la abstracción geométrica.
El punto de inflexión decisivo vino con Trascender (2019), presentada en la XII Bienal de La Habana, donde Aason abandona por completo la pintura figurativa para sumergirse en lo textil. Allí nació su práctica de “lienzo entrelazado”, técnica que se fortalece con residencias artísticas en Perú y México, y con su estudio de los tejidos ancestrales, pigmentos naturales y huellas culturales de los textiles tradicionales andinos.
Su más reciente exposición, Más allá del Índigo (inaugurada el 18 de julio de 2024, Sala 3 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo — MADC, San José) es una investigación estética tanto visual como material. En esa muestra, Aason presenta veinticinco obras textil-pictóricas, pigmentadas exclusivamente con tintes naturales como el índigo, piel de cebolla, cáscara de aguacate, cochinilla y otros. Además incluye una instalación textil de gran formato (una de las más ambiciosas de su carrera) y una sección didáctica con bitácora de trabajo, exposición de pigmentos y herramienta telar de cintura para acercar al público al proceso.
Katrin Aason explora la tensión entre lo ancestral y lo contemporáneo: sus obras conectan con memorias culturales que muchas veces han sido invisibilizadas. Le interesa el pigmento como narrador silencioso de historia, la transformación del material, la luz que se filtra a través del tejido, la geometría como estructura y como espacio para la introspección. Su uso de tintes naturales y la preocupación por los saberes locales (desde la raíz de cuculmeca al índigo, pasando por la cochinilla, el té, la cebolla) le dan a su obra una dimensión ecológica y simbólica muy potente. Además, asigna códigos en lugar de títulos a muchas piezas, invitando al espectador a construir su propia lectura, liberándose de interpretaciones pre-establecidas.
En Galería 1-2-3 nos sentimos especialmente orgullosos de que Katrin confíe en nuestro espacio para presentar su próximo proyecto: El pigmento revela. La tierra recuerda, curado por Diego Ventura Puac-Coyoy, de Guatemala. Te invitamos a que conozcas más sobre su trabajo en nuestras salas.